No
podía imaginar Eufemiano García, vecino de Móstoles, la sorpresa
que le depararía la mañana del lunes de la semana pasada. Como todo
los días, desde hace cuatro años, desde que quedó en paro, al
cerrar la constructora en la que trabajaba, Eufemiano se dispuso a
ayudar a su mujer en las labores de limpieza de la casa, y cual fue
su asombro que al retirar el lavavajillas para limpiar por detrás,
una operación nada usual, encontró los restos de una carcasa de un
animal totalmente desconocido para el.
Eufeminado representando el momento del descubrimiento |
“Al
principio pensé que tenía un nido de cucarachas muertas, pero luego
me di cuenta que eso era otra cosa, se lo comente a mi vecina del 4º,
pero ni ella ni nadie del bloque me supo decir de que se trataba,
finalmente el hijo de la vecina del 4º lo puso en el Facebook”.
Las redes sociales hicieron que este casual descubrimiento llegara a
oídos del departamento de arqueología de la Universidad de
Penensilvania, que se puso en contacto con su equipo en España
comandado por el Dr. Monrrow Gordon.
Restos encontrados. |
Dos
arqueozoologos, un tafonomo y el propio profesor se desplazaron a la
casa de Eufemiano y analizaron los restos encontrados así como su
contexto “algo estropeado ya por el paso de la escoba, estos
aficionados..”. El análisis de los restos, se realizó en el
laboratorio del Museo de Ciencias Naturales de Madrid dado que
tampoco el equipo de arqueozoologos pudo determinar la especie en un
primer momento. Tras arduas tareas de comparativas llegamos a la
conclusión de que se trataba de la especie de crustaceo Melicertus Kerathurus, que antes era
conocida como “langostino”, existiendo inclusos sub-especies como
el “Langostino Tigre”, “ese era el no va más, comenta
Monrrow”.
El
análisis tafonómico ha determinado, por el tipo de despiece y
limpieza de la carcasa, que los langostinos sufrieron un procesado
antrópico manual directo para su posterior consumo, muy posiblemente
por la propia familia García, aunque hoy día no lo recuerden y sea
esta una especie extinta en las cocinas de la clase obrera.
Reconstrucción paleontológica del Melicertus Kerathurus o Langostino |
“Aun
quedan refugios del consumo de esta especie claramente ligado a cenas
de protocolo de ayuntamientos y diputaciones, que nosotros tengamos
controlado”.
Finalmente
el Dr. Monrrow ha datado la antigüedad de estos restos en 4 meses
a.C..
¿Antes
de Cristo? pregunta asombrado Eufemiano García.
“No”
replica Monrrow, “Antes de CRISIS cojones”
Dentro
del vecindario ha corrido la voz y en la actualidad todo el mundo
quiere tener este tipo de restos para enseñárselos a sus amigos,
movilizándose gran cantidad de gente en su búsqueda, algo que para
el Dr. Monrrow es desaconsejable dado que es un trabajo para
profesionales, “la gente se ha vuelto loca, todos piensan que
tienen un gran valor económico dado que así fue anteriormente, pero
estos restos hoy día sólo tienen un valor científico”, a lo que
replica una vecina “yo sólo con su olorcito me conformo”.
Vecindario a la búsqueda en pleno frenesí langostinero. |
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